Ix-Chel No.1 Irapuato,Gto.

domingo, 13 de mayo de 2012

Nicté-Há.

(La Doncella en el agua) es el nombre de una hermosa princesa maya que habitó en la gloriosa ciudad maya de Mayapan, cuya belleza fue tan reconocida, que generó una de las más cruentas guerras internas entre los mayas antigüos. Quizá fue por esta misma razón que los mayas actuales que habitan en nuestra región, dieron este nombre al cenote de nuestra comunidad, por su magna belleza y por los hermosos nenúfares que adornan sus cristalinas aguas.

Leyenda Maya de Nicté-Há.

En lo más profundo de la selva del mayab había un reino maravilloso. El príncipe de ese reino se llamaba Chacdziedzib, que quiere decir “pájaro cardenal” y estaba enamorado con locura de la hija del guardián del Cenote Sagrado, Nicté – Há, que quiere decir “Flor de Loto”.


Chacdziebdzib, el de la túnica roja, era querido y venerado por su pueblo porque era un guerrero valiente y gallardo que nunca fallaba con las flechas de su arco.
Antes del amanecer, el príncipe buscaba a su amada en las orillas del Cenote Sagrado, y el aire se colmaba con sus palabras de amor a Nicté – Ha cuando la aurora rompía el cielo con sus rayos de luz.


Un día el Gran Sacerdote, convencido que Chacdziedzib debía casarse con una hija de reyes, se opuso a sus amores con Nicté – Ha y convocó a los grandes señores, quienes decidieron que la hija del guardián del Cenote Sagrado, debía morir.


El bufón de la corte había oído todo y, lleno de temor, se lo contó al príncipe, quien ordenó a su 
mejor guerrero ir en busca de la princesa y traerla al Palacio Real, donde la tomaría por esposa.


El noble guerrero salió a cumplir su misión, pero en la negra oscuridad de la noche unas manos asesinas le quitaron la vida y arrojaron su cuerpo a la espesura.

El bufón volvió a verlo todo. Cuando el príncipe del manto rojo se enteró de lo sucedido, tomó su arco y se dirigió al Cenote Sagrado en busca de su amada. Esa noche de luna veló su sueño bajo las ceibas.


Cuando al amanecer Nicté – Há fue a mirarse en las aguas quietas del Cenote, el príncipe se acercó a ella y la estrechó entre sus brazos. La amaba con todas sus fuerzas.


Pero de las sombras Salió una flecha que atravesó el pecho de la doncella. Su cuerpo frágil y sin vida cayó y se hundió en las aguas del Cenote Sagrado, la morada de los dioses.


El príncipe vió desaparecer el cuerpo de su amada. Sólo el vestido de Nicté – Há quedó flotando en las tranquilas aguas del Cenote.

Su dolor era profundo. Bañado en lágrimas rogó a los dioses piedad y compasión. Fue tanto su dolor, que el corazón se le hizo pedazos y cayó agonizante al borde del Cenote Sagrado, sobre un charco de sangre.


Los dioses le escucharon y enviaron al Señor de las Aguas y al Señor de los Pájaros.


El Señor de las Aguas bajó a lo profundo del Cenote y convirtió el cuerpo inerte de Nicté-Há en un hermoso loto.


El Señor de los Pájaros poso sus manos sobre el corazón del príncipe y lo convirtió en un hermoso pájaro cardenal, siempre sediento de amor.


Desde entonces, cuando despunta el alba, un pájaro rojo baja hasta el Cenote Sagrado para cantar con trinos de amor sobre los abiertos cálices de los lotos.


Por: Xochitl S. Chávez Valladares.


Imagen: Internet

jueves, 10 de mayo de 2012

MADRE LA MEJOR OBRA DE DIOS

Dios que estaba ocupado en crear a las madres, llevaba ya seis días trabajando horas extraordinarias, cuando un ángel se le presentó y le dijo:

“TE AFANAS DEMASIADO SEÑOR”.

El Señor repuso: pero no te das cuenta que esta criatura tiene que ser lavable de pies a cabeza, sin ser de plástico y que tiene que llevar cien piezas movibles, todas reemplazables funcionar a base de café negro y de las sobras de comida, que tiene que poseer un regazo capaz de desaparecer cuando se ponga de pie, un beso capaz de curar todo, desde una pierna rota hasta un amor frustrado y tener seis pares de manos.

Y el ángel confundido observó:

¿Seis pares de manos Señor? ¡Eso no es posible!

No son las manos el problema, agregó el Señor, sino los tres pares de ojos

¿Y eso es para el modelo normal? Preguntó el ángel.

Y el Señor le explicó: uno para ver a través de la puerta siempre que pregunte ¿niños, que están haciendo ahí adentro? Aunque ya lo sepa muy bien; otro detrás de la cabeza para ver lo que más levaliera ignorar, pero que precisa saber; y desde luego los de adelante, para mirar a un niño en apuros y decirle, sin pronunciar siquiera una palabra: “te entiendo hijo y te quiero mucho”.

El ángel le tiró de la manga y advirtió mansamente: vale más que te vayas a la cama señor, mañana será otro día.

No puedo... y además creo que me falta poco.Dijo el Señor agregando:

Ya hice una que se cura por si sola cuando enferma; que es capaz de alimentar a una familia con un poco de frijol y de persuadir a un niño de cuatro años que se esté quieto mientras lo baña.

Lentamente, el ángel dio la vuelta en torno a uno de los modelos maternales diciendo: me parece demasiado delicada, comentó con un suspiro.

Pero es muy resistente aseguró Dios emocionado, no tienes idea de lo que es capaz de hacer y sobrellevar.

¿Podrá pensar? preguntó el ángel.

Claro, y razonar también, respondió el Señor.

Por último el ángel se inclinó y pasó un dedo por la mejilla del modelo, diciendo: ¡tiene una fuga!

Y dijo Dios: no es una fuga, es una lágrima.

¿Y... para qué sirve? Dijo el ángel.

Para expresar gozo, aflicción, desengaño, pesadumbre, soledad y orgullo.
Eres un genio Señor, comentó el ángel.

Y Dios, con un perfil de tristeza observó y dijo: “yo no se la puse.”

Anónimo.


Imagen por: Xochitl S. Chávez Valladares.